
Contacta con nosotros
Escríbenos con tus dudas, comentarios, opiniones... Te responderemos en cuanto nos sea posible.
Contacto
La adolescencia es el período de la vida que se desarrolla entre la niñez y la edad adulta. La Organización Mundial de la Salud considera que transcurre entre los 10 y los 19 años y que " es un período crucial para el desarrollo de hábitos sociales y emocionales importantes para el bienestar mental" ( OMS, 2021 ), como por ejemplo aprender a gestionar las emociones.
Es una etapa del desarrollo vital marcada por cambios físicos, emocionales y sociales, que pueden llegar a ser muy abrumadores para la persona que los padece. Algunos adolescentes, ante la variedad de desafíos y presiones de su alrededor, pueden desarrollar conductas autolesivas, generando preocupación y angustia a sus seres queridos y exponiendo su propia vida en peligro.
Las dificultades para controlar, expresar o comprender las emociones que sienten, pueden llevar a los jóvenes a autolesionarse, una conducta cuya prevalencia es mayor, precisamente en la adolescencia, con énfasis entre los 11 y los 15 años.
Las autolesiones se refieren al daño deliberado y autoinfligido que una persona le produce a su propio cuerpo. El propósito de las autolesiones no es "llamar la atención", sino solicitar ayuda. Aunque no siempre están relacionadas con el suicidio, las autolesiones son una señal de angustia emocional y pueden ser una forma en que los adolescentes intentan hacer frente a emociones intensas y difíciles de manejar, como ansiedad, depresión, ira o sentimientos de vacío y poder regular su intensidad. En este sentido, son un grito silencioso de ayuda, en la que suelen pretender comunicar su malestar emocional y petición de apoyo.
Podemos considerar, que hay ciertos aspectos o necesidades, que están relacionadas con las autolesiones en los adolescentes. Éstas son:
- Necesidad de regulación emocional: las autolesiones en adolescentes pueden ser una forma de hacer frente a emociones intensas y difíciles de manejar, como ansiedad, depresión, ira, tristeza, vergüenza o sentimientos de vacío, especialmente cuando no se tienen las herramientas concretas para conocer cómo se sienten o se gestionan estas emociones. Al infligirse dolor físico, algunos adolescentes pueden sentir una sensación de alivio o control sobre sus emociones.
- Liberación de tensión: el estrés académico, las dificultades en las relaciones interpersonales, la presión social, el acoso escolar o los problemas familiares pueden generar una gran tensión emocional. Las autolesiones en adolescentes pueden ser una forma de liberar esa tensión acumulada cuando no conocen otras formas para lidiar con ellas.
- Comunicación de dolor: los adolescentes que tienen dificultades para expresar sus emociones o pedir ayuda pueden recurrir a las autolesiones como una forma de comunicar su malestar y su necesidad de apoyo, al no saber cómo expresarse de otro modo.
- Baja autoestima: los adolescentes con baja autoestima, sentimientos de inutilidad o falta de confianza en sí mismos pueden ser más propensos a autolesionarse como una forma de castigo o expresión de autodesprecio. Por esto es tan importante trabajar el problema de raíz en terapia.
- Influencia social: la exposición a amigos o compañeros que se autolesionan, así como la idealización de las autolesiones en las redes sociales e en la cultura popular, pueden influir en la adopción de estas conductas, llevando a las autolesiones en adolescentes sin saber muy bien por qué lo hacen. De todos modos, esta causa suele ir acompañada de alguna otra, como la baja autoestima o el trauma.
- Trauma y abuso: los antecedentes de trauma, abuso físico, emocional o sexual son un factor de riesgo importante de autolesiones en adolescentes.
- Problemas de salud mental: es importante entender que las autolesiones en adolescentes pueden estar asociadas a otros problemas de salud mental, como depresión, ansiedad, trastornos de la conducta alimentaria o rasgos límite de la personalidad. Razón por la cual es importante, en cuanto se detecte un comportamiento autolesivo, acudir a un profesional especializado.
¿Cómo pueden manifestarse las autolesiones en los adolescentes?
Las formas más comunes son:
- Cortarse, pincharse o rasparse con un objeto punzante.
- Golpearse a sí mismo o a cosas, morderse o darse cabezazos.
- Quemarse con cigarrillos, velas o fósforos.
- Marcarse en la piel palabras o símbolos.
- Perforar la piel con objetos afilados.
- Arrancarse el pelo.
- Insertar objetos debajo de la piel.
Las personas que se autolesionan carecen de recursos para regular las emociones ( rabia, frustración, vergüenza, vacío, etc. ) de una manera sana y funcional, por lo que recurren a este tipo de estrategias para reducir, gestionar o escapar de sus emociones y sentir "alivio" a corto plazo.
Esta "mejoría" se puede explicar desde el punto de vista fisiológico. Cuando el cuerpo humano sufre alguna lesión, el cerebro comienza a liberar endorfinas, una sustancia química que actúa como analgésico natural para ayudar a aliviar el dolor. Esta veloz explosión de endorfinas puede generar una sensación calmante y aliviar el dolor emocional, convirtiéndolo en dolor físico, más fácil de gestionar.
¿Cómo identificar las autolesiones en adolescentes?
Es importante que las personas cercanas al adolescente puedan estar atentos a algunas señales que puedan ser indicios de problemas emocionales, y que pueden enmascarar también conductas autolesivas. Lograr identificar estas conductas es el primer paso para proporcionar apoyo y un tratamiento oportuno. Éstas suelen ser:
- Cambios de comportamiento: son un signo importante a atender. Cuando notamos que los adolescentes se aíslan, retirándose de actividades y dejando sus círculos usuales, o cuando notamos que están mucho tiempo encerrados en su habitación, debemos prestar mayor atención.
- Cambios bruscos en el estado de ánimo: por ejemplo, irritabilidad o ansiedad excesiva. La disminución del rendimiento académico y las alteraciones en el sueño y el apetito son otros indicadores claves que hay que tomar en cuenta.
- Cambios físicos: suele ser la forma más evidente de notar que hay autolesiones en adolescentes. Los cambios físicos, como la presencia de lesiones inexplicables, especialmente en áreas del cuerpo que suelen estar cubiertas por la ropa. Si notas cortes, quemaduras o moretones que no tienen una explicación aparente, así como cicatrices, debes ofrecer tu apoyo y buscar ayuda psicológica profesional.
- Cambio en la forma de vestir: de manera repentina también es una señal de episodios autolesivos, ya que los adolescentes buscan formas disimuladas de esconder las marcas. Por ejemplo, si notas que comienza a usar pantalones largos y suéteres de manga larga incluso en climas cálidos, puede estar escondiendo lesiones o un problema de autoestima o disforia que puede provocar más complicaciones en un futuro.
- Las manifestaciones verbales: Puede pasar que los adolescentes comiencen a verbalizar pensamientos como que no tienen futuro, que se sienten atrapados o a comentar pensamientos negativos sobre sí mismos. Si hablan directamente sobre la muerte, el suicidio o expresan la necesidad de desaparecer, deben activarse todas las alarmas y buscar ayuda psicológica de forma urgente.
¿Cuáles son los riesgos que conllevan las autolesiones?
Si bien las autolesiones no tienen intención letal y el daño físico que causan suele ser leve, pueden generar otras complicaciones de salud como infecciones, hospitalizaciones o incluso la muerte accidental.
De igual manera, es importante señalar el enorme malestar psicológico y el gran sufrimiento que causan estas conductas, tanto en paciente como en su entorno.
El miedo es el común denominador en las autolesiones, tanto en los jóvenes como en su entorno familiar; pero es necesario que la familia aprenda a manejar el pánico y la impotencia, pues la reacción de los progenitores juega un rol esencial en ayudar a los adolescentes en el proceso de recuperación.
Hay unas recomendaciones que suelen ser de gran ayuda, como por ejemplo:
- Promover un diálogo abierto en el que la escucha sea activa, sin juicios ni reproches.
- Reconocer y comprender lo difícil que puede ser hablar sobre la conducta autolesiva. Es importante obviar los detalles y recurrir al diálogo.
- Demostrar disponibilidad emocional, seguridad y apoyo incondicional para que el joven sepa que cuenta con la familia.
- Evitar las amenazas y los ultimátums, pues no son efectivos, y pueden provocar aislamiento y comportamientos más desadaptativos.
- Es importante buscar ayuda profesional para que entienda por qué se autolesiona y guiarle en el manejo de sus emociones.
- Mostrar una conducta positiva, transmitiendo al adolescente la capacidad para enfrentar el problema, con el apoyo de su familia y la ayuda profesional.
El Centre de Psicología Clínica ARA, cuenta con un equipo multidisciplinar formado por psicólogos y psiquiatras especialistas, con 20 años de formación y experiencia, que puede ayudar al adolescente que padece conductas autolesivas, y a su familia.
Diagnóstico de las conductas autolesivas
En el Centre de Psicología Clínica ARA de Cornellà, realizamos diagnóstico de autolesiones en adolescentes. Los pasos a seguir son:
Primera entrevista con los padres:
En esta primera visita realizaremos la historia evolutiva, primeros meses y años de vida, su desarrollo y su carácter. En esta visita no es necesario que acuda vuestro hijo, ya que nos centraremos en su historia de desarrollo y conocer qué aspectos os preocupan y cómo podemos ayudaros.
Visitas de evaluación y aplicación de pruebas:
Después de la visita con los padres, conoceremos a vuestro hijo y realizaremos un proceso de evaluación, que incluye pruebas y tests específicos para el diagnóstico de las conductas autolesivas, y otras pruebas clínicas con validez científica para el diagnóstico de las conductas autolesivas y otros trastornos comórbidos relacionados.
Además de los tests y pruebas que valoran el estado cognitivo, emocional, madurativo y adaptativo de vuestro hijo, nos coordinaremos con su escuela o instituto. Es imprescindible el trabajo multidisciplinar, y tanto en el proceso diagnóstico como en el tratamiento y la psicoterapia, contactaremos con maestros y profesores, pediatra, psiquiatra y otros profesionales que atienden y conocen al niño o niña y estén vinculados a su proceso de cambio.
Visita de devolución y entrega de informe clínico a los padres:
Después del proceso de evaluación psicológica, realizaremos una visita de explicación de resultados y entrega del informe diagnóstico con el psicólogo especialista. En esta visita, expondremos los resultados de las visitas realizadas, os explicaremos las pruebas y tests, el diagnóstico y el plan de tratamiento propuesto, personalizado en función de cada paciente, entorno familiar y académico. Además, os facilitaremos pautas y consejos.
Inicio de terapia:
Tras acordar los objetivos de la terapia psicológica, e informaros de las recomendaciones, empezaremos las visitas de tratamiento.
En algunos casos solicitaremos al psiquiatra infanto-juvenil que participe en el proceso de diagnóstico y/o de terapia, para confirmación de diagnóstico y valoración medico-psiquiatra, que pueda incluir o no medicación. Si bien, en algunas ocasiones podemos incluir algunos fármacos, específicos para adolescentes, con el objetico de reducir la impulsividad, el malestar y la ansiedad, o mejorar el estado de ánimo.
La terapia psicológica será individualizada y adaptada a las necesidades específicas de cada persona. Ayudará al adolescente a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento negativos, así como desarrollar habilidades de afrontamiento más saludables y desarrollar una buena identificación y gestión emocional, así como estrategias para autorregular la intensidad de sus emociones.
Además, realizaremos visitas con vosotros, los padres, para proporcionaros información sobre el problema detectado, y pautas para acompañar a vuestro hijo en el proceso de regulación emocional y maneras de actuar en caso de que se detecten conductas o comportamientos peligrosos o amenazantes.








