Sobrellevar la pérdida de un ser querido puede ser uno de los mayores retos a los que se puede enfrentar el ser humano y puede causar un dolor especialmente profundo. Se puede ver la pérdida como una parte natural de la vida, pero aún así, puede comportar un intenso golpe emocional, que puede dar lugar a largos períodos de tristeza y depresión.
Todo ser humano reacciona de forma diferente a la muerte e intenta utilizar sus propios mecanismos para sobrellevar el dolor que la pérdida conlleva. La gran parte de la población, puede superar la pérdida y continuar con su vida.
Por naturaleza, el ser humano tiene una gran capacidad de resiliencia. Pero algunas personas lidian con el duelo por más tiempo y se sienten incapaces de llevar a cabo sus actividades cotidianas. Estas personas podrían pasar por lo que se conoce como duelo complicado y les podría beneficiar la ayuda de un profesional de salud mental cualificado como un psicólogo especialista en el duelo.
En el Centre de Psicología Clínica ARA, contamos con psicólogos especializados y formados para poder trabajar e intervenir en las diferentes áreas de la persona que puedan estar afectadas por la presencia de un duelo. En psicoterapia, el paciente aprende a manejar de forma más productiva el temor, el sentimiento de culpa o la ansiedad que puede venir como resultado de la muerte de algún ser querido.
El proceso del duelo es muy doloroso y suele ser largo en el tiempo. Aunque hay muchos factores que pueden afectar a su duración, se estima que el proceso suele extenderse durante un año aproximadamente.
Es importante destacar que elaborar el duelo no implica olvidarse de la pérdida, sino lograr que las emociones pierdan fuerza para poder reconectarse con la propia vida. Por eso es importante realizar el proceso de elaboración del duelo, un camino en el que se busca la aceptación del dolor y la búsqueda de apoyo en otros afectos.
La gran mayoría de psicólogos coincide en señalar que existen cincos fases del duelo, que son las siguientes:
- Fase de negación emocional: La mente se defiende ante una noticia terrible negándola. Se trata de un mecanismo de defensa. Pueden producirse ausencia de emociones o estado de shock.
- Fase de enfado o ira: Cuando se ha entendido la magnitud de la pérdida se pasa a esta fase en la que la incomprensión de la pérdida hace que las quejas y la ira sea prácticamente la única manera de expresarse. Se intentan buscar culpables y explicaciones de lo sucedido y son habituales los reproches.
- Fase de negación: Se pasa de intentar buscar culpables o explicaciones a buscar soluciones. Para ello, la persona que se encuentra en esa fase, busca llegar a un acuerdo con uno mismo o con el entorno que le haga comprender la pérdida.
- Fase de dolor emocional: Cuando se empieza a ser consciente de la realidad, es cuando aparece la tristeza absoluta. Hay personas que experimentan síntomas de depresivos o angustia. Se trata de una etapa vital para superar el duelo correctamente, sirve como preparación para la aceptación.
- Fase de aceptación: Se entiende y acepta la pérdida. Se comprende que es irremediable y se empieza a ver la vida desde la perspectiva actual. Es importante destacar que no es una etapa feliz, pero que sentarán las bases para poder hacer nuevos vínculos en un futuro.
Es importante tener en cuenta que no todos los duelos son iguales y dependerán de diversos factores. A parte de los procesos de duelo normales, hay otros que son más complicados o incluso patológicos.
A grandes rasgos, podemos clasificar los diferentes tipos de duelo en:
- Duelo crónico: La persona es incapaz de pasar página y superar el duelo. Muchos progenitores lo experimentan al perder un hijo.
- Duelo retrasado: La reacción emocional a una pérdida aparece tiempo después. Un desencadenante suele ser los recuerdos o algún hecho destacable como un nacimiento, que remite a la persona perdida.
- Duelo exagerado: Lo experimenta aquella persona que no es consciente de los efectos que está teniendo en ella la pérdida.
- Duelo desautorizado: La persona que sufre el duelo no puede expresar su pena de manera pública o bien no está socialmente reconocido.
Por otro lado, es importante tener en cuenta que existe el duelo patológico.
Este término se aplica a aquellas personas que no pueden superar un duelo a pesar del paso del tiempo. La mayoría de las personas pueden tardar varios años en superar una pérdida grave. Cuando a pesar del esfuerzo personal y el paso del tiempo este proceso de duelo no está mejorando, se considera un duelo patológico.
¿Cuáles son las manifestaciones externas del duelo?
Según la Sociedad Española de Oncología Médica, el duelo se manifiesta de diferentes maneras externas. Podemos dividirlo en cuatro grandes grupos:
- Manifestaciones fisiológicas: aumento de la morbimortalidad, vacío en el estómago, opresión en el pecho y garganta, hipersensibilidad al ruido, sensación de despersonalización, falta de aire, palpitaciones, debilidad muscular, falta de energía y dolor de cabeza y sequedad de boca.
- Manifestaciones conductuales: Trastornos del sueño y alimentarios, conducta distraída, aislamiento social, evitar recordatorios del fallecido, llorar y/o suspirar, buscar y llamar en voz alta, llevar y atesorar objetos, visitar lugares que frecuentaba el fallecido e hiper-hipo actividad.
- Manifestaciones afectivas: tristeza, apatía, abatimiento, angustia, ira, frustración y enfado, culpa y autorreproche, ansiedad, soledad, abandono, emancipación y/o alivio, fatiga, impotencia e indefensión, shock, anhelo e insensibilidad.
- Manifestaciones cognitivas: incredulidad / irrealidad, confusión, preocupación, sentido de presencia, alucinaciones ( visuales y/o auditivas ) fugaces y breves, dificultades de concentración, atención y memoria, pensamientos e imágenes recurrentes, obsesión por recuperar la pérdida y distorsiones cognitivas.
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