Trastorno bipolar
    Trastorno bipolar

    El trastorno bipolar es una afección de la salud mental grave, que implica cambios muy significativos en el estado de ánimo y en el comportamiento de la persona que lo padece. En la mayoría de los casos, se trata de una enfermedad que persiste durante muchos años. Puede durar toda la vida, despareciendo en algunas ocasiones y volviendo a aparecer, meses o años después.

    Las personas con bipolaridad experimentan una fluctuación entre estados de ánimo con mucha energía ( manía o hipomanía ) y otros con baja energía ( depresión ).

    No existe un trastorno de bipolaridad igual, los episodios de uno de los tipos de estado de la bipolaridad, pueden durar entre horas o días ( fenómeno conocido como ciclación rápida ). En cambio, algunas personas pueden pasar de un estado maníaco a depresivo y experimentarlo durante semanas o meses ( conocido como ciclación lenta ).

    En todos los casos una persona con trastorno bipolar puede cambiar de un estado de ánimo a otro debido a un evento estresor o experiencia vital. Es decir, pueden fluctuar de hipomanía a una depresión a causa del estrés, una interrupción del sueño, consumo de alcohol y/u otras sustancias.

    Es importante saber qué tipos de trastorno bipolar existen:

    Por un lado, el trastorno bipolar I, que implica episodios de manía grave y a menudo, de depresión. El trastorno bipolar II se trata de una forma menos grave de manía llamada hipomanía. Finalmente, también existe un tercer tipo conocido como trastorno ciclotímico.


    ¿Cuáles son los síntomas característicos del trastorno bipolar?


    Es muy importante señalar que, estos cambios pueden durar semanas o meses, en función de la afectación y características de cada persona.


    Durante la manía el sujeto experimenta exceso de alegría, vitalidad, hiperactividad, etc. En cambio, durante la fase de depresión siente mucha tristeza, cansancio y falta de energía.

    Los casos más graves están asociados a intentos de suicidio debido a las fluctuaciones entre estos estados de ánimo.


    A continuación, detallaremos los síntomas principales:


    Episodio maníaco


    Durante un episodio maníaco o de manía es posible que las personas sientan que son el centro del mundo, creen que son capaces de hacer o lograr cualquier cosa. En estos estados las personas también pueden sentirse muy irritables, especialmente con las personas que no comparten su forma de pensar en ese momento.

    Tener un episodio de manía es suficiente para recibir un diagnóstico del trastorno bipolar I.

    Principalmente, en un episodio maníaco puede comportar lo siguiente:


    • Autoestima elevada o sentimientos de grandiosidad
    • Sensación de energía ilimitada
    • Felicidad extrema, euforia o irritación extrema
    • Evitar dormir lo suficiente
    • Habla muy rápida y desorganizada
    • Pensamientos acelerados e ideas que cambian rápidamente
    • Sentirse o parecer muy distraído
    • Hacer muchas actividades a la vez, como asumir proyectos de trabajo, organizar eventos sociales o hacer movimientos aparentemente sin propósito
    • Participar en comportamientos de riesgo, como gastos excesivos, comportamiento sexual de riesgo o inversiones financieras de riesgo


    Los síntomas de un episodio maníaco son tan extremos que suelen obstaculizar la vida de las personas. Es muy posible que los individuos tengan comportamientos y actitudes que de otro modo no se harían, haciendo que las personas de su alrededor noten mucho estos cambios.


    Episodio hipomaníaco


    En un episodio hipomaníaco o en la hipomanía, las personas experimentan sensaciones, pensamientos y comportamientos similares a un episodio maníaco. Se diferencia de la manía por lo siguiente:


    • Son menos graves que un episodio maníaco
    • Tienen menos impacto en su vida diaria
    • Están presentes durante al menos 4 días seguidos


    Las personas que experimentan episodios hipomaníacos, pero no episodios maníacos, suelen ser diagnosticadas por un trastorno bipolar II.


    Episodio depresivo


    En un estado depresivo dentro del funcionamiento bipolar, la persona experimenta los siguientes síntomas:


    • Estado de ánimo deprimido, que puede sentirse como una tristeza extrema, desesperanza o impotencia
    • Pérdida de placer en las cosas que normalmente disfrutas
    • Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva o inapropiada
    • Fatiga o falta de energía
    • Dificultad para pensar o concentrarse
    • Pérdida o aumento de de peso
    • Cambios en el apetito
    • Pensamientos o acciones suicidas


    Cuando una persona con trastorno bipolar no recibe tratamiento, los episodios del estado de ánimo pueden ser graves. Durante los episodios depresivos, es posible que durante este estado los individuos puedan tener pensamientos relacionados sobre la muerte o el suicidio.


    Si tienes cambios bruscos de ánimo, si pasas de la euforia más extrema a la depresión, si estos cambios afectan a tus relaciones sociales, académicas o laborales o si tienes antecedentes familiares de bipolaridad acude a la consulta de un psiquiatra o psicólogo especialista para que valore tu caso y emita un diagnóstico.


    En el Centre de Psicología Clínica ARA, contamos con un equipo multidisciplinar, con una dilatada experiencia profesional y formación continuada, que podrá ayudarte a entender qué te ocurre y a tratar las consecuencias del trastorno y a gestionar el día a día.



    ¿Qué tipo de tratamiento es el más habitual?


    El tratamiento farmacológico es el pilar fundamental, y tiene como objetivo reducir la intensidad, frecuencia y consecuencias de los episodios de depresión o manía, así como mejorar la funcionalidad y calidad de vida de la persona que lo padece.

    Con el tratamiento adecuado, la mayoría de personas pueden llevar una vida totalmente normalizada. Es por ello, que es imprescindible que un médico psiquiatra especialista, paute y revise con frecuencia la medicación que requiera cada paciente en particular.


    Paralelamente, la psicoterapia es una parte muy importante del tratamiento también, para aprender a detectar posibles señales o signos de alarma que puedan desencadenar el principio de algún síntoma molesto, conocer habilidades y pautas a poner en práctica para poder regular y estabilizar la intensidad de los síntomas, pensamientos o comportamientos asociados a una descompensación anímica.


    Y por último, es fundamental también realizar un trabajo de apoyo y psicoeducación, con las personas cercanas al paciente que padece trastorno bipolar, para conocer las pautas que han de activarse en caso de necesidad, o si el propio paciente aun no es consciente de que las padece.

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